jueves, 19 de septiembre de 2013

LECTURAS DE JARIS MUJICA Y ENTREVISTA A MOIRA PÉREZ


”SOBRE EL FEMINICIDIO Y EL MONOPOLIO DEL USO LEGÍTIMO DE LA VIOLENCIA” DE JARIS MUJICA

RESUMEN

Cada año, en nuestro país se denuncian alrededor de siete mil violaciones y cerca de 100 mil casos de violencia familiar. Si bien estas cifras oficiales son altas en comparación a otros países de la región, hay que tomar en cuenta que el número total es mayor puesto que no están incluidos aquellos casos que no son denunciados.
Durante los últimos años, los casos de violencia contra la mujer y de feminicidio han concitado el interés de los medios de comunicación y de la opinión pública. El más reciente estudio del Instituto de Opinión Pública de la PUCP (IOP-PUCP) aborda esta problemática.
La violencia contra la mujer tiene un descenlase funesto “el femenicidio” que no podemos tolerar, sus arraigos viene de la familia pues al no tener una base en valores, familias no fortalecidas, incompletas, decadentes, monoparentales, disfuncionales alimentan hijos que crecen con sentimientos de culpabilidad con una autoestima debilitada, educación incipente facilitan la socialización de la violencia como cosa normal y que así debe ser. Las instituciones de la sociedad civil tenemos que trabajar este tema y buscar los medios para erradicar esta corriente, la educación es un factor determinante que puede ayudar con medidas preventivas desde los niños y niñas, enseñando el respeto por el otro, los padres pueden enseñar a sus hijos con el ejemplo de la verdad.
El fenómeno de la violencia entre las parejas es un tema que se liga a aquel asunto. Y es que entre las parejas heterosexuales en los espacios urbanos (aunque también y de sobremanera en los espacios rurales) las formas de la violencia son en muchos casos prácticas cotidianas. Es fácil indicar que estos casos no son pocos, y que ocurren en el seno de las familias como prácticas habituales (habitus) que forman estructuras de relaciones que legitiman en los imaginarios locales las formas del ejercicio de la violencia; sustancialmente de los varones a sus parejas mujeres (“amantes”, “enamoradas”, novias, convivientes, esposas). 
En efecto, la violencia contra las mujeres y en particular, la violencia contra las parejas resulta un tema importante en América Latina. Empero los estudios sobre el tema no abundan y las argumentaciones van sustancialmente a la figura del machismo y la dominación de género como una explicación de los móviles de esta conducta.
Estos homicidios y agresiones se producen sustancialmente en campos locales, el espacio de la casa. Los agresores tienden a ser los propios esposos o convivientes; a veces maridos celosos, en otros casos hombres que golpean “sin razón aparente”
Queda claro entonces que se trata de un modo de la violencia que se pone en práctica en el seno de la vida doméstica, dentro de las relaciones de pareja.
Los Derechos y las Leyes existen formalizadas por el Estado y se encarnan en los discursos normativos, en el deber ser, en la prohibición del uso de la violencia; pero no funcionan totalmente en las prácticas, en donde se construye aquellos márgenes, zonas que funcionan bajo una lógica diferente del poder y, por ende, bajo un sistema distinto de la distribución de la fuerza y del uso de la violencia: otros modos de punición, castigo, reprimenda . Estas “zonas liberadas”, sin embargo, no son físicamente marginales, sino que existen en diferentes núcleos. No residen solo en la periferia (lo marginal exterior), sino el interior del hogar, la convivencia de la pareja. Aquí se reconfiguran las relaciones sociales y se abre un campo en donde se reinventan los usos legítimos de la violencia y de la aplicación de la fuerza.

La familia es uno de esos campos. Para muchos, los padres tienen “derecho” a golpear a sus hijos, a castigarlos violentamente, a “torturarlos”, bajo la legitimidad otorgada “por ser el padre de familia”. Se reconoce localmente dicho ejercicio legítimo de la violencia, aún cuando existe la punición legal por el castigo físico y la tortura de padres a hijos. “Dar como a hijo” resulta una frase que ilustra este ejercicio de la violencia en el seno del hogar reconocido como un campo común, normal, legítimo.

Muchas familias resultan de ese modo terrenos que funcionan con reglas propias, reglas “naturalizadas” en mandatos locales. Sin embargo, en esa constitución funcionan como “zona liberada”, más allá de las reglas que dispone el Estado. “Uno no se debe meter en los problemas familiares”, “cada uno arregla lo que sucede en su casa”, “”no te metas en lo que no te importa”. Así, en el interior de la casa, en la familia, en el hogar simbólico se construyen reglas de convivencia que exceden al propio Estado, formas políticas de acción y contratos sociales. La familia es, también, un campo político.
Si bien no resulta un tema central en este caso, lo importante es indicar que la estructura de la intervención o la acción de recepción de denuncias sobre violencia de género y entre las parejas maneja más o menos el mismo discurso. Es el padre, esposo o conviviente el que detenta el uso legítimo de la violencia en el espacio cotidiano, de modo que muy pocas mujeres aceptan denunciar estos casos (por temor a las represalias, por la normalidad de las prácticas, por desconocimiento, etcétera). Sin embargo, en las situaciones en las que estos son denunciados y deben pasar por los campos formales, la propia Policía o el sistema judicial, en no pocas ocasiones se resisten a dar proceso a las denuncias. Muchas veces no por falta de pruebas, sino más bien por la reproducción de una estructura política y un sistema de ejercicio de la violencia. Así, los propios policías se resisten a llevar a cabo la recepción de las denuncias, indicando que se trata de un problema que debe ser solucionado por los propios actores y en donde es el hombre el que tiene la autoridad o el derecho de ese ejercicio. Lo mismo sucede, aunque de una manera más compleja en el caso de los ámbitos judiciales, en el que los actores muestran una disposición activa de las formas de discriminación y resistencia a la denuncia. En algunos casos por corrupción, en otros casos por prejuicios o formas de discriminación asentados en los imaginarios, los casos no son procesados formalmente. 

Esto permite abonar en la dirección del argumento central. Es decir, que el ejercicio de la violencia entre las parejas está dispuesto en cotos sociales, por campos construidos sobre micro-contratos, sobre una estructura política que cuestiona la determinación del Estado como una totalidad absoluta. Incluso en el campo policial o judicial, muchos de los actores que detentan el cargo de autoridad formal, muestran que la estructura se sobrepone a la existencia de estos sistemas. En otras palabras, que conocen de un modo u otro la existencia de esa legitimidad del uso de la violencia en el campo doméstico y que prefieren no intervenir. 
COMENTARIO
La misma sociedad tiene un funcionamiento arraigado, bueno o malo así ha venido funcionando, si se quiere “mejoras” antes se debe definir que es posible “mejorar o cambiar” y que definitivamente no se puede porque nadie lo aceptará aunque “diga que si”. La visión del hombre dominante y poderoso así como de la mujer ladina y astuta no son sólo estereotipos y mientras existan estos roles que a veces se intercambian entre sexos será difícil llegar al objetivo final de “convivir en paz”. Sobre las leyes, está claro que si se vuelve “más drástica” lo único que provocará es que los que cometen delitos no se arriesguen a ser atrapados o de plano consideren sus actos para que “valgan la pena”, si amenazas a un hombre con pena de muerte por pegar a su mujer, entonces no sólo la golpeará sino que “la matará” o peor aún la desfigurará o mutilará para que “ningún otro hombre la desee y así tenga lo que, en su visión, le pertenece por legítimo derecho”. La solución debe apuntar a mecanismos que recuerden lo verdaderamente valioso de la vida que es vivir en paz, desde ahí se debe de actuar, muchas veces el agresor no es consciente de su agresión, piensa que “así debe actuar”, por tanto se debe reforzar con educación reflejada en la sociedad, pero con ejemplos, no con palabras. Tenemos un ex-presidente orgulloso de haber sido infiel a su esposa y de golpear a un “pobre tonto” porque se le cruzó al frente de su “enorme humanidad”; otro que no sólo la golpeó sino que la torturó en una sala clandestina para que no hable sobre sus atrocidades, hoy está en prisión pero no por ese delito, lo peor de todo es que su indulto es reclamado por muchos peruanos. Ejemplos, vivos y consecuentes es lo que hace falta a una sociedad bombardeada a diario por los medios con mensajes en donde para ser feliz la mujer solo debe ser bella y joven, y el hombre solo debe tener fuerza y dinero.
GLOSARIO
Brecha de género. Diferencia entre las tasas masculina y femenina en la categoría de una variable.
Datos desagregados por sexo. Recogida de datos e información estadística desglosada por sexo, que hace posible un análisis comparativo contemplando la especificidad del “género”
Discriminación directa. Se considera discriminación directa por razón de sexo la situación en la que se encuentra una persona que sea, haya sido o pudiera ser tratada, en atención a su sexo, de manera menos favorable que otra en situación comparable.
Discriminación indirecta. Se considera discriminación indirecta por razón de sexo la situación en que una disposición, criterio o práctica aparentemente neutros pone a personas de un sexo en desventaja particular con respecto a personas del otro, salvo que dicha disposición, criterio o práctica, puedan justificarse objetivamente en atención a una finalidad legítima y que los medios para alcanzar dicha finalidad sean necesarios y adecuados.
Empoderamiento de las mujeres: Término acuñado en la IV Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijin (Pekín) para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder.
Estereotipo. Idea y creencia que determina un modelo de conducta social basado en
opiniones preconcebidas, que adjudican valores y comportamientos a las personas en
función de su grupo de pertenencia, por ejemplo, el sexo
Feminización. Tendencia al aumento de la incidencia y prevalencia de algo específico entre las mujeres.
Impacto de género. Consiste en identificar y valorar los diferentes resultados y efectos de una norma o una política pública en uno y otro sexo, con objeto de neutralizar los mismos para evitar sus posibles efectos discriminatorios.
Mainstreaming. Término anglosajón que se utiliza para designar la integración de la
dimensión de género en las políticas generales, de tal forma que el principio de igualdad se constituya en el eje vertebrador de las mismas. Implica que se deben tener en cuenta las cuestiones relativas a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres de forma transversal en todas las políticas y acciones, y no abordar este tema únicamente bajo un enfoque de acciones directas y específicas a favor de las mujeres.
Paridad. La participación en lo público y en lo político, y las tareas que se derivan de esa participación deben de recaer igualmente en mujeres y hombres.
Políticas de Igualdad de Oportunidades. Son la instrumentalización de la igualdad de
oportunidades. Las intervenciones a partir de las cuales este principio se llevan a la práctica.
Segregación Horizontal. Se da cuando las mujeres se concentran en algunas profesiones o campos profesionales y los hombres en otros distintos.
Segregación Vertical. Se da cuando los hombres ocupan los puestos de toma de decisiones incluso en los sectores con presencia mayoritaria de mujeres.
Sexismo. Mecanismo por el cual se conceden privilegios o se practica discriminación contra una persona en razón de su sexo, impidiendo la realización de todo el potencial
humano que posee.
Techo de Cristal. Superficie superior invisible en la carrera laboral de las mujeres, difícil de traspasar, que les impide seguir avanzando hacia puestos de mayor responsabilidad. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos
sociales establecidos ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido sobre la base de otros rasgos que por su invisibilidad son difíciles de detectar



ENTREVISTA CON MOIRA PÉREZ SOBRE TEORÍA QUEER
RESUMEN
Aquel primer acercamiento al tema tenía por objetivo analizar en particular ciertas dificultades que la tarea historiográfica puede encontrar si elige como objeto de estudio aquello que ha dado en llamarse comunidad queer. La tesis que subyace tanto a aquel trabajo como a este nuevo acercamiento, es que estas dificultades que se hacen presentes abiertamente en el caso de los estudios queer, son comunes a toda investigación historiográfica, con la diferencia de que en general son pasadas por alto debido a una cierta cantidad de presupuestos que no se cuestionan dentro de la disciplina. Es decir que éste es un análisis que se puede hacer respecto de cualquiera de los grupos que necesitan de una nueva historiografía con la que puedan sentirse identificados.
Toma una de las tres problemáticas que se plantearon en aquel artículo, y profundizar en ella y en algunas alternativas de solución. De más está decir que no pretendo en este modesto trabajo solucionar el problema ni mucho menos tejer una red que pueda capturar a este huidizo objeto de la historia: por un lado, porque se trata de una tarea ciertamente titánica y probablemente imposible, y por otro lado, porque es justamente esa característica la que me interesa rescatar y defender en el caso queer.
La propuesta de Niethammer me pareció interesante en cuanto revaloriza la tarea del historiador y lo coloca en un lugar privilegiado de puente entre la academia y la política, entre la historia como relato y la historia como curso de eventos. Sin embargo, al intentar aplicarlo al caso queer, necesariamente este plan -que a primera vista puede parecer tan simple como sólido- comienza a requerir de aclaraciones y retoques.
No hay un grupo delimitado que pueda ser individuado claramente por el historiador como su destinatario, y no hay un lugar “objetivo” en el que podamos colocarnos para determinar qué es queer y qué no lo es. La teoría queer nace como una alternativa para el análisis de las categorías de género, la orientación y prácticas sexuales y la generización de los cuerpos. David Halperín caracteriza a lo queer como “todo lo que está en desacuerdo con lo normal, lo legítimo, lo dominante”, desacuerdo que, en sus palabras, “no está restringido a lesbianas y gays, sino que está disponible para cualquiera que esté o se sienta marginado a causa de sus prácticas sexuales.”Hoy en día, sin embargo, y cada vez más, en lo queer convergen, además de lo sexual y la identidad de género, una serie de formas no dominantes de lo racial, étnico, cultural y la pertenencia de clase, entre otros. Todas estas categorías a su vez se combinan de distintas formas, son vividas de manera diferente por cada sujeto, y son La pertenencia a este grupo no es evidente tampoco por parte del individuo, ni por parte del grupo. Es decir, hay individuos que se consideran a sí mismos como pertenecientes a la comunidad queer pero que no son aceptados como tales por algunos de sus integrantes, e inversamente hay quienes son considerados como pares por los integrantes pero que no aceptarían esta calificación. Todos estos desacuerdos en cuanto a la pertenencia se complican aún más cuando empezamos a tener en cuenta los nuevos factores que entran en juego posteriormente en la teoría queer, como vimos recién: clase, raza, nación y tantas otras variables que hacen aún más difícil una caracterización unívoca de qué es y qué no es un sujeto queer, incluso por parte de su mismo grupo de pertenencia.
Lo que también presupone de alguna manera la propuesta de Niethammer es que hay una serie de experiencias que son atribuibles a la comunidad que va a ser tratada: ciertas experiencias que atraviesa el individuo por pertenecer a este grupo, o que al vivirlas le hacen pensar que forma parte de él. En el artículo que mencioné antes acerca del proceso de “coming out”, William Wilkerson analiza esta idea de experiencia que subyace a éste y a tantos otros proyectos historiográficos. Se pregunta qué nos lleva a interpretar un patrón de conductas y pensamientos como, en este caso, homosexualidad, y concluye que el patrón requiere, por un lado, un trabajo de decodificación por parte del sujeto para encontrarle un sentido, y por el otro, la disponibilidad de categorías para su interpretación. Wilkerson sostiene que, en un contexto en el que la homosexualidad no es siquiera considerada como una posibilidad, el individuo nunca interpretaría sus conductas como “comportamientos homosexuales”, y mucho menos como “comportamientos de un homosexual” Es decir, que la experiencia
Finalmente, en este proyecto se están presuponiendo también ciertos eventos históricos, figuras y referencias comunes que harían a la formación o la consolidación de la identidad grupal. Un ejemplo clásico de este punto es el relato de Stonewall, referente mundial del movimiento gay desde hace ya más de 30 años. A medida que la comunidad queer se va afianzando, la necesidad de presentarse como un grupo compacto y uniforme ya no es tanta, y comienzan a surgir en el interior de la comunidad voces de disidencia que proponen relatos alternativos de la génesis del movimiento. Los puntos de vista se diversifican y los relatos acerca de los orígenes de la comunidad se multiplican; al mismo tiempo, se comienza a modificar la iconografía de la comunidad, se cuestionan algunas figuras y se proponen otras nuevas.
Finalmente, en este proyecto se están presuponiendo también ciertos eventos históricos, figuras y referencias comunes que harían a la formación o la consolidación de la identidad grupal. Un ejemplo clásico de este punto es el relato de Stonewall, referente mundial del movimiento gay desde hace ya más de 30 años. A medida que la comunidad queer se va afianzando, la necesidad de presentarse como un grupo compacto y uniforme ya no es tanta, y comienzan a surgir en el interior de la comunidad voces de disidencia que proponen relatos alternativos de la génesis del movimiento. Los puntos de vista se diversifican y los relatos acerca de los orígenes de la comunidad se multiplican; al mismo tiempo, se comienza a modificar la iconografía de la comunidad, se cuestionan algunas figuras y se proponen otras nuevas. Ya no existen ni un mausoleo, ni un relato unívocos de la historia queer.
COMENTARIO
Las representaciones históricas del pasado, o mejor dicho las ficciones del pasado, “ayudan a construir el género para el presente”,  y lo hacen inevitablemente, con o sin la participación consciente del historiador.
Para que sea un aporte realmente constructivo, este trabajo debe ser acompañado de un análisis exhaustivo de los supuestos, las prácticas y el vocabulario que se emplea. Debe procurar incluir las diferencias, la heterosocialidad, mientras busca apelar a aquello en común que las atraviesa – o mientras lo crea. Y, para ello, cuenta con toda la libertad formal y todos los medios creativos, todas las voces y todos los recursos que ofrece esta democracia historiográfica. Y el caso queer, con su fluidez de identidades y su infinita diversidad de combinaciones, parece el lugar ideal para empezar a democratizar.

GLOSARIO


EL ADULTOCENTRISMO: corresponde a la visión de que desde el mundo adulto se podía implementar el futuro de los jóvenes, su preparación, su desarrollo, su protección y se traduce en el enfoque de las políticas y programas. La efectividad de esta perspectiva hizo crisis, como producto de los cambios socioeconómicos y políticos de fin de siglo.
ANDROCENTRISMO: del griego andros, se refiere al hombre, por oposición a la mujer, y con cualidades de honor y valentía. Centrismo, porque se le concede el privilegio al punto de vista del hombre, como partida del discurso lógico científico que considera insignificante otra realidad (la de la mujer).

ENFOQUE DE GÉNERO: Una manera sistemática de explorar las normas, roles, y responsabilidades actuales y potenciales de mujeres y hombres, y su acceso y control sobre recursos y beneficios dentro de cualquier situación (proyecto, hogar, comunidad u otro). El enfoque o análisis de género identifica, analiza e informa acciones para abordar desigualdades que se llevan de los roles distintos de mujeres y hombres, las relaciones desiguales de poder entre ellos, y las consecuencias de estas desigualdades sobre sus vidas, su salud y su bienestar.

FEMINISMO: Conjunto de teorías y prácticas políticas que defienden el reconocimiento de los derechos de las mujeres y luchan por su igualdad respecto al varón. Del francés feminisme, del latín femina. El término se difunde por primera vez en 1892 en ocasión del Primer Congreso Internacional de Mujeres celebrado por el movimiento sufragista francés en París.
LA INFIBULACIÓN es la más cruel de las mutilaciones genitales femeninas y consiste en clitoridectomía seguida por el cierre vaginal mediante sutura. Solamente se deja una pequeña abertura para la emisión de orina y descarga de la sangre menstrual. 
MAINSTREAMING DE GÉNERO: El proceso de asesorara las implicaciones para mujeres y hombres de cualquier acción programada, incluyendo legislación, políticas y programas, en cualquier área y a todos niveles. El "mainstreaming" es una estrategia para plantear los asuntos de mujer y hombres como dimensión integral del diseño, implementación, monitoreo e evaluación de políticas y programas en todo esfero político, económico y social, con el eje central de no perpetuar la desigualdad entre mujeres y hombres. El objetivo final es la iguladad de género.
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: La violencia intrafamiliar puede ser comprendida como cualquier acción  u omisión que resulte en un daño a la integridad física, sexual, emocional, social o patrimonial de un ser humano donde media un vínculo familiar o íntimoi entre la víctima y su agresor.  Puede manifestarse en forma de abuso directo, abuso por descuido o como cualquier conducta que tenga por propósito la amenaza, la degradación, la privación arbitraria de la libertad, el control del comportamiento o la coacción.  Incluye, por ejemplo, la violencia conyugal, el abuso físico o sexual de niños y niñas y la agresión ejercida contra personas adultas mayores.
VIOLENCIA PATRIMONIAL: Toda acción y omisión que implique un daño, pérdida, sustracción, destrucción o retención en los objetos, documentos personales, bienes o valores de una persona.



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